sábado, 25 de octubre de 2008

Sesión Nº 10, Documento de trabajo personal


Pintura: "The Wind", Vladimir Kush

SESIÓN Nº 10
Miércoles 8 de octubre 2008
Casa de la Cultura El Tabo
Documento de trabajo personal


Cabrera Jasso, Ciprián (1950- ) Tabasqueño. Nace en Emiliano Zapata (antes MonteCristo) un 2 de julio, Tabasco. Dramaturgo, ensayista, narrador, poeta. Estudió Psicología en la UNAM y realizó cursos de literatura inglesa en la Universidad de Michigan. Jefe de área de Investigación del Centro de Investigación de Culturas Olmeca y Maya; funcionario de la Dirección de Educación Superior e Investigación científica de la Secretaría de Educación, Cultura y Recreación del Gobierno de Tabasco; Jefe del Centro de Investigación SECUR; Coordinador Galería de Arte «El Jaguar despertado»; maestro de educación especial y rehabilitación Infantil UNAM; es director editorial y asesor del Instituto de Cultura de Tabasco; editor de la revista «Expresión» y colaborador en diversas publicaciones: «Ámbar», «Avance», «Clarín», «Cultura Sur», «Diálogo Cultural entre fronteras de México», «Graffiti», «Integración», «La Gaceta del FCE»,, «La Orquesta», «Manglar», «México Desconocido», «Nexos», «Novedades de Tabasco», «Poesía» y «Revista de la UJAT» Ha publicado los libros de poesía «Quinteto de Cámara» (Casa de la Cultura de Cárdenas, Tabasco, 1985); «Trilogía de Sombras» (Gobierno del Estado de Tabasco, 1985); «Kasandra» (UJAT, Villlahermosa, 1988); «Diez poemas para encontrar una luz» (UNAM, El Ala del Tigre, 1991); «Devastaciones del barbasco» (La Tinta del Alcatraz 1993); «Los enebros» (Monte Carmelo, 1998). De sus novelas tenemos «Onishi y la fiesta del infierno» (CONACULTA/ICA, Los Cincuenta, 1994); «Celia y la obscura Esperanza» y «Ciliace y el borde de la obscuridad» (UJAT 1998). Obra de Teatro: «El Retrato». Ensayos: «Escudriños» y «El uno y la otredad», entre otros de su prolífera creación.

LA VOZ
Ciprián Cabrera Jasso
Mexicano

Sólo la voz, era sólo la voz
sin guiños, sin gestos, sin aspavientos
sólo la voz...
Pero no era sólo la voz
lo que nacía de Él,
lo que el viento atesoraba de Él.
No sólo la voz
sino el eco de su corazón,
el destello luminoso de su espíritu
y los siglos
interminables siglos
de vagar sobre la faz de la tierra,
quizás en otros cuerpos.


Hernández,Mariano (1964- ) Mexicano. Nace un 26 de enero. Estudió Administración en la Escuela Panamericana en 1985, egresado de Economía de la ITAM en 1989, tiene también estudios de Análisis Político en la UAI y Claustro de Sor Juana en 1996, y de Inversión Extranjera en la UNAM y Universidad del País Vasco en el 2001. En el año 1998 impulsó el proyecto editorial independiente Obranegra que mantuvo hasta el 2001. Es autor de «Sombra tras la Sombra» en ese mismo año, una obra de cantos, poesía breve y elegías; de «Bellas Atroces» y dad Nacional de México como una antología generación poética de los sesenta. Todas sus creaciones han sido antologadas en prensa, revistas y páginas de Internet y distribuidas en México, Argentina, Chile, Uruguay, España, Francia, Estados Unidos y Costa Rica. Ha sido reconocido con un Primer lugar en el certamen de Poesía «Luis Astey», tercero en el certamen de Cuento «Ramón Zorrilla» en el 2002; y Mención Honorífica en el Premio Nacional de Poesía Tintanueva 2004. Colabora actualmente en periódicos y revistas. Ha visitado Chile para el lanzamiento de su obra «Bellas» (Romanza) editado por la Universidad Bolivariana, colección Arte Poética.

CANTAS UN CANTO
Mariano Fernández
Mexicano

CANTAS UN CANTO apenas como suspiro
un canto como de seda libre al viento
cantas desde tus ojos
cantas con la mirada
el canto de los colores al atardecer
el canto del brillo y la transparencia del agua
cantas desde tus manos
el canto grácil de la danza
el canto de la tibieza y el ajenjo
cantas desde tus pasos
cantas desde tus pies
cantas desde tu risa
cantas desde tu cabello
cantas porque es el lenguaje
de la inocencia de tu belleza.
(2007)


Nervo, Amado (1870-1919) Mexicano. Nace en Tepic, Nayarit, México un 27 de agosto. Durante su juventud se sintió atraído por el sacerdocio por su espíritu místico, pero por los múltiples estímulos de la vida, los viajes que emprendió, los amores que compartió y por la misma poesía, de la cual se enamoró, no llegó a sus sueños de convertirse en clérigo. Ingresó en el cuerpo diplomático. Fue embajador de su país en Madrid, España y en Montevideo, Uruguay. Influyó en él, Manuel Gutiérrez Nájera, periodista, quien escribía con diferentes pseudónimos, cuando él llegó a la capital, México. Es el comienzo de la narrativa modernista. De este modo Nervo encontró eco en el temperamento religioso y romántico - simbolista de Nájera - , y se rodeó de todos los poetas y grupos que comulgaban con la revista “Azul” y la “Moderna”, dejándose llevar por la pasión por el modernismo americano. No sólo fue poeta sino que novelista y ensayista. De la revista “Azul” fue cofundador junto a Nájera, que pretendía llevar a cabo una renovación artística. Fue una de las personalidades más complejas de la literatura hispana. Su primera novela “El bachiller” de 1895 todavía presenta rasgos naturalistas, y sus primeros poemas, en el libro “Perlas negras y Místicas” de 1898, tienen características de la poesía modernista. En esta época funda también la Revista Moderna. En 1900, viaja en misión diplomática a Europa, donde entra en contacto con Rubén Darío y Leopoldo Lugones cuya influencia le hicieron abrazar por completo el modernismo. Escribe en ese momento cuentos, libros de viaje, ensayos y, por supuesto, poesías que agrupó en el libro “El éxodo y las flores” de 1902. En su poema “Autobiografía”, muy singular por cierto, nos dice casi todo lo de su vida “¿Versos autobiográficos? Ahí están mis canciones,/allí están mis poemas: yo, como las naciones venturosas,/ y a ejemplo de la mujer honrada,/no tengo historia: nunca me ha sucedido nada,/¡Oh, noble amiga ignota!, que pudiera contarte.//Allá en mis años mozos adiviné del Arte/la armonía y el ritmo, caros al musageta,/y, pudiendo ser rico, preferí ser poeta./- ¿Y después?/ -He sufrido, como todos, y he amado./¿Mucho?/-Lo suficiente para ser perdonado...” Lentamente se fue apartando del modernismo por su misticismo, su religiosidad incluso anacrónica para la época. Para la primer década del siglo XX, dos obras destacan: “Los jardines interiores” de 1905 y “En voz baja” de 1909. La siguiente década fue muy prolífico, escribió “Serenidad”, en 1914, “Elevación” en 1917, “Plenitud” en 1918. De “La amada inmóvil”, publicada después de su muerte, una obra inspirada en un amor permanente por Ana Daillez, ya fallecida, son los poemas más conocidos por la gente. Falleció en Montevideo, Uruguay.


BUEN VIAJE
Amado Nervo
Mexicano

Con la mitad de un periódico
hice un buque de papel,
y en la fuente de mi casa
va navegando muy bien.
Mi hermana con su abanico
sopla que sopla sobre él.
¡Muy buen viaje, muy buen viaje,
buquecito de papel!


Darío, Rubén (1867 -1916) Nicaragüense. Nace un 18 de enero. Su nombre real es Félix Rubén García-Sarmiento. Su madre, Rosa Sarmiento de García Darío salió de León en diciembre, acompañada por una tía. Estaba a punto de darlo a la luz, nacimiento que ocurrió en Metapa, Nicaragua. Regresó un mes después a León, con su bebe, donde se instaló a vivir con su familia. Esta ciudad cobijó la infancia de Rubén, que a la edad de doce años publicó los poemas: “Una Lágrima”, “El desengaño” y “La Fe”, como si fuese un clarividente en relación a las vicisitudes de su madre y las tristezas familiares, debido a su especial sensibilidad. Fue tanta su madurez para enfrentar la existencia que en 1882, cuando tenía quince años se atrevió a visitar al entonces presidente de la república don Joaquín Zavala para entregarle un poema donde execraba de su patria y la religión imperante, recitándoselo; para enseguida solicitarle si podía viajar a Europa. El presidente de la República escuchó con atención el poema y le respondió: “Hijo mío, si así escribes ahora contra la religión de tus padres y de tu patria, que será si te vas a Europa a aprender cosas peores» De este modo se quedó sin la posibilidad de realizar su sueño, pero al parecer no le importó, se enamoró y se casó con doña Rosario Murillo con quien partió a la hermana república de El Salvador, a trabajar. Continuó escribiendo y en esta nación encontró a don Francisco Gaviria quien lo introdujo en la poesía castileña. Para 1883, regresó a su patria y trabajó en múltiples oficios con dignidad mientras perfeccionaba su escritura. Es considerado el padre del Modernismo, movimiento poético muy importante en la historia de la literatura española. Es la integración del simbolismo de los franceses y la escuela parnasiana a partir del romanticismo. (El simbolismo fue a un movimiento literario surgido en Francia alrededor de 1886. Es una reacción contra el naturalismo y uno de sus cultores fue Beaudelaire sin adscribirse formalmente a él. Para este poeta, colocado en pleno naturalismo por la época, en la poesía hay que buscar lo que ésta significa, lo que está detrás de ella y desarrollar la mística de un lenguaje, el cual no sólo representa las cosas por su significado, sino también por su significante. Una nueva generación comenzó a pensar que el mundo no es más que una representación, un símbolo oculto y velado de ciertas leyes eternas. En el simboismo la intimidad del poeta es la expresión de su propia individualidad y la naturaleza pasa a ser el símbolo de su intimidad. Por otro lado, los parnasianos tienen su raíz en las musas del monte Parnaso, la mítica griega, la expresión de la Naturaleza sensible a través de la enseñanza de la antigüedad, con sus reglas y cánones clásicos. Ambos movimientos y el sentimiento romántico quedaron atrás con el Modernismo). Darío utiliza el simbolismo para embellecer su estilo clásico o parnasiano; su estilo clásico lo enriquece con su expresión íntima poética, en pos del misterio donde existe la pasión del poeta, no sólo la descripción clásica de la naturaleza; la armonía musical en los versos y una suerte de arte visual, colorida, hasta exótica donde sentimientos muy personales se encuentran con un estilo elegante de la escritura (vestigios parnasianos) y la melodía de sus palabras dándole cierta sonoridad a su poesía. Mezcla las diferentes vertientes anteriores. En sus “Prosas Profanas”observamos esta innovación: «Llena tu copa y bebe; la fuente está en ti mismo». «Mi poesía es para mí y está en mí. Lo principal es no imitar a nadie y a mí aún menos». “Canción de Otoño en Primavera» es uno de los poemas más emblemáticos de su creación. Así como no pudo viajar a Europa a los quince años, por su creación literaria conquistó este continente llegando a España a los 18 años. Recibió la influencia de los poetas de la época, llegó en pleno simbolismo, y en 1888 publicó “Epístolas y poemas”, a los 21 años, una recopilación de su producción del año 1885. Luego “Azul”, un clásico libro de amor y romántico; más tarde, “Los Raros” en 1896 y “Cantos a la Vida y la esperanza” en 1905. Con el Modernismo, Rubén Darío lideró vastos movimientos literarios en Chile, España, Argentina, y Nicaragua. En Chile especialmente arribó en 1886, el 24 de junio, fue recibido por Eduardo Poirier, quien le dio la bienvenida oficial y lo presentó ante la intelectualidad con un artículo publicado en El Mercurio. Se dedicó a escribir “Emelina”, novela que fue expuesta en el certamen Varela. Finalizada en diez días, no se publicó hasta 1887, junto con su segundo libro creado en Chile, “Abrojos”. En el mes de agosto conoció Santiago, para conversar con la juventud letrada y ocupar un puesto como redactor del diario La Época donde escribió: “vivir de arenques y cerveza en un casa alemana para poder vestir elegantemente, como correspondía a mis amistades aristocráticas”. La élite culta vislumbró una nueva corriente literaria, el modernismo, y se ubicó en el centro de la discusión intelectual, participando en las tertulias de Pedro Balmaceda Toro, hijo del Presidente Balmaceda. Santiago fue para él una ciudad fascinante, inspiradora de poemas, cuentos y artículos. Iba a visitar el Parque Cousiño con asuidad, el Cerro Santa Lucía, la Alameda de las Delicias y la Biblioteca Nacional de Chile. Estos parajes incluso, influyeron en la creación de su libro más importante “Azul”. Falleció en Nicaragua, reverenciado por su pueblo porque uno de sus méritos fue también escribir en su idioma castellano, fuera de España. ONATINA

Rubén Darío
Nicaragüense

La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña, dice cosas banales
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz,
o en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere
ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras,
bajo el cielo volar; ir al sol por la escala luminosa
de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
¡Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal!

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida)
¡Oh, visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
-la princesa está pálida, la princesa está triste-
más brillante que el alba, más hermoso que Abril!

-¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
en caballo con alas hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!

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