Pintura: "Minerva y Ariadna", Claudio BravoCasa Museo “Pablo Neruda”
Isla Negra
Tema: Diálogo Poético en la cotidianidad de nuestra existenciaEncuentro con la vida y obra de César Vallejo, Claudia Lars,
Fernando Pessoa y Juana de Ibarbourou
Dinámica grupal: estudio de biografías y poemas
Plenario
De Ibarbourou, Juana (1892-1979) Uruguaya. Nace en Melo, un 8 de marzo, actualmente Día Internacional de la Mujer, departamento de Cerro Largo, República Oriental de Uruguay. De padre vasco español y madre miembro de unas de las familias más antiguas españolas del país, desde muy joven publicó con el pseudónimo de Juanita de Ybar sus poesías compiladas en “Lenguas de Diamante” de 1919, un libro que la catapultó a la fama por su estilo pleno de sensualidad, hasta con tintes transgresores para la época, apasionado, romántico y erótico. Este erotismo constituyó la vertiente profunda de su brillante producción literaria modernista. Su obra evoluciona hacia la armonía del amor ingenuo, transparente y puro, sin tonalidades dramáticas y sin la angustia de la búsqueda por ser. De todos modos le inquieta la muerte. Su nombre de pila era Juana Fernández Morales. Al contraer matrimonio, adoptó el apellido de su esposo Lucas, Ibarbourou. Su sensibilidad poética acaparó la atención de su pueblo y más allá de sus fronteras, la crítica internacional aplaudió su modernismo que se convirtió en vanguardismo y el año 1929, fue proclamada por el escritor Alfonso Reyes, “Juana de América” representando el sentir de intelectuales, artistas y diplomáticos que se dieron cita en el Salón de Los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo de Montevideo, para festejarla. Galardonada con el Premio Nacional de Literatura en 1959 fue reconocida por enriquecer la literatura latinoamericana. Tenía un fuerte personalidad, pero llena de amor, que la volcaba en su escritura obteniendo a un público hispano parlante enamorado de sus poemas. Parte de su obra la dedicó a los niños, a los universales y a los de su patria. “Cántaro fresco”de 1920 y “Chico Carlo” de 1944, cuentos autobiográficos de su infancia para niños, son los mejores exponentes de esta creación, fresca, natural, optimista, tendientes a destacar los motivos de la maternidad, de la naturaleza y la belleza física exultada. También su obra “Los sueños de Natacha” publicada en 1945, teatro infantil sobre temas clásicos. Dentro de su producción poética más significativa encontramos «Raíz salvaje» y «La rosa de los vientos». Cuando envejece, su poesía se torna meláncólica, como si su niño interior hubiese sido desilusionado, pero escribe con la misma sensualidad de siempre. Ha sido traducida a muchos idiomas en el mundo y publicó más de treinta libros de poemas. En su poema “El Nido” destacamos este insinuante erotismo maduro: “Mi cama fue un roble/ y en sus ramas cantaban los pájaros. / Mi cama fue un roble/ y mordió la tormenta sus gajos./ deslizo mi mano…”
COMO LA PRIMAVERAJuan de Ibarbourou
Como un ala negra tendí mis cabellos
sobre tus rodillas.
Cerrando los ojos su olor aspiraste
diciéndome luego:
-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgos?
¿Con ramas de sauces te atas las trenzas?
¿Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras
porque acaso en ellas exprimiste un zumo
retinto y espeso de moras silvestres?
¡Qué fresca y extraña fragancia te envuelve!
Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Qué perfume usas? Y riendo le dije:
-¡Ninguno, ninguno!
Te amo y soy joven, huelo a primavera.
Este olor que sientes es de carne firme,
de mejillas claras y de sangre nueva.
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo
las mismas fragancias de la primavera!
Lars, Claudia (1899-1974) Salvadoreña. Nace en el pueblo de Armenia Sonsonate, República de El Salvador. Es una cuzcatecla. Su verdadero nombre es Carmen Brannon. Su padre fue de origen irlandés y su madre salvadoreña. Ellos no la enviaron a la escuela sino que la confiaron en manos de un gran educadora salvadoreña. Más grande se integró a la enseñanza primaria normal y la terminó en la ciudad de Santa Ana. Fue una poeta intimista, intuitiva y reconocida por su elegancia lingüística donde reconoce su amplísima y compleja cultura. Sus versos fueron en homenaje a la naturaleza, al amor y recuerdos de infancia. A la edad de veinte años publicó sus primero poemas. Se marchó a Nueva York donde se radicó y casó en el año 1923. Vivió en Guatemala, México y Costa Rica. Luego, separada de su esposo retornó a El Salvador para vivir allí hasta el día de su muerte. Por su obra poética recibió numerosas distinciones que se destaca principalmente por el dominio de la métrica, la profundidad en la expresión de sus sentimientos y la pureza del lenguaje. Entre sus obras se cuentan : “Estrellas en el pozo” escrito en 1934, “Canción redonda” en 1937, “La Casa de Vidrio” publicado en 1942, “Romances de Norte a Sur” de 1946; “Sonetos” en 1947, “Ciudad bajo mi voz” y “Donde llegan los peces” editado en 1953; “Escuela de Pájaros” en 1955, “Fábula de la Verdad” de 1959; “Canciones” 1960; “Presencia en el tiempo“ en 1962; “Sobre el Ángel y el Hombre” y “Del fino amanecer” ambas obras escritas en 1965; y “Nuestro planeta mundo” en 1969, obra poética de sus últimos años de vida, por la cual se le dio el doctorado Honoris Causa de la Universidad José Simeón Cañas, ya convertida en una de las grandes poetas del mundo hispanoamericano.
Canción que te hizo dormirClaudia Lars
La noche del mundo:
¡qué largos cabellos...!
Los suelta en la torre,
la torre del viento.
Los peina en el valle,
los trenza en el cerro,
los abre en las ramas
frías del almendro.
La noche del mundo:
¡qué oscuro su cuerpo. ..!
En él se transforman
las cosas del suelo:
el lirio descalzo
se calza de acero;
el loro se vuelve
piedra de silencio;
la errante neblina
ángel medio ciego,
y el naranjo en flor
un oso de hielo.
La noche del mundo:
¡qué nombre de sueño,
qué barca volante,
qué tiempo sin tiempo!
Pessoa, Fernando (1888-1935) Portugués. Nace un 13 de junio en Lisboa. Su nombre completo es Fernando António Nogueira Pessoa. Su padre, don Joaquim de Seabra Pessoa, al fallecer, lo dejó de cinco años con su madre doña María Madalena Pinheiro Nogueira quien contrajo nuevas nupcias con el comandante Joao Miguel Rosa, Cónsul de Portugal en Durban, Natal. Allí pasó su infancia siendo merecedor de un premio Reina Victoria dado por la Universidad de El Cabo de Buena Esperanza, en África, a los quince años. Inició sus estudios de Derecho en ella en 1903, pero regresó a Lisboa en 1905. Por su educación privilegiada, de influencia británica, comenzó su creación literaria en inglés: “Poemas Ingleses” del Pessoa ortónimo, pero viviendo ya en Portugal para 1908 su interés por la lengua materna se consolidó. Influido por las ideas de los filósofos Schopenhauer y Nietzsche, más las de los simbolistas franceses, introdujo en su nación las corrientes literarias del modernismo y el futurismo. Sus concepciones de vanguardia,“Combatir la Ignorancia, el Fanatismo y la Tiranía” como los tres “asesinos” de la humanidad fueron su lema y es uno de los poetas más originales de su país porque creó tres heterónimos, entre otros: Álvaro de Campos, dilucidando la belleza y el espíritu metafísico con el poema “El paso de las horas” publicado en 1944; Alberto Caeiro, un ser espontáneo y expresivo, hasta niño, el que escribe “El guardador de Rebaños”, en “Poemas” editado en 1946; y Ricardo Reis, vigilante de la forma poética en el lenguaje, en sus “Odas”. A través de estos tres seres y él, con “Poesías” anteriormente publicadas en 1942, puede confrontar sus problemáticas de integración personal, en parte, provocadas por su educación y las culturas a las que se vio sometido: muy inglesa, portuguesa, traspasada por los conflictos socio-políticos de la época, por su ascendencia hidalga y judía y su genealogía, entre ella podemos encontrar que fue nieto paterno del general Joaquim António de Araújo y Pessoa, combatiente de las campañas liberales y nieto materno del Consejero Luís Antonio Nogueira, que fue Director General del Ministerio del Reino. De allí que él se declarara “liberal dentro del conservaturismo”, “cristiano agnóstico”, “opuesto a las iglesias organizadas” y “fiel” a la integración del cristianismo con la Kabbalah y los librepensadores, no obstante ser un hombre tímido y modesto. Su obra poética es una creación experimental, que en las postrimerías del siglo XX, ha sido ampliamente reconocida por los estudiosos, y publicada, después de su muerte, como “Mensagem” en 1945; “Poemas dramáticos” y “Poesías inéditas” entre 1955 y 1956. En 1966, todos sus ensayos fueron recogidos en “Páginas íntimas de autointerpretación”, “Páginas de estética y de teoría y crítica literarias” publicados en 1967 y “Textos filosóficos” publicados en 1968. Su obra “Libro del Desasosiego” que apareció en 1982, fue un mensaje: «Tal vez mi destino sea eternamente ser contable, y la poesía o la literatura una mariposa que, posándoseme en la cabeza, me torne tanto más ridículo cuanto mayor sea su propia belleza», escrita con el heterónimo de Bernardo Soares. Sus aforismos como aquél tan conocido: “Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?” más sus apuntes, pensamientos diversos y trozos de un diario que llevó completó una obra contundente y profundamente original en el mundo, escritos que fueron recuperados años después de su muerte acaecida, a la edad de cuarenta y siete años, en Lisboa, un 30 de noviembre.
TENGO TANTO SENTIMIENTO...Fernando Pessoa
(Versión de Ángel Crespo)
Tengo tanto sentimiento
que es frecuente persuadirme
de que soy sentimental,
mas reconozco, al medirme,
que todo esto es pensamiento
que yo no sentí al final.
Tenemos, quienes vivimos,
una vida que es vivida
y otra vida que es pensada,
y la única en que existimos
es la que está dividida
entre la cierta y la errada.
Mas a cuál de verdadera
o errada el nombre conviene
nadie lo sabrá explicar;
y vivimos de manera
que la vida que uno tiene
es la que él se ha de pensar.
ESTOFernando Pessoa
(? 1933)Versión de Rafael Díaz Borbón
Dicen que pretendo o miento
En cuanto escribo. No hay tal cosa.
Simplemente
Siento imaginando.
No uso las cuerdas del corazón.
Todo cuanto sueño o pierdo,
Que pronto cae o muere en mí,
Es como una terraza que mira
Hacia otra cosa más allá.
Esa cosa me arrastra.
Y así escribo en medio
De las cosas no junto a mis pies,
Libre de mi propia confusión,
preocupado por cuanto no es.
Sentir? Dejemos al lector sentir!
Vallejo, César (1892-1938) Peruano. César Abraham nace un 16 de marzo, a 3.500 metros sobre el mar, en los Andes del Perú, Santiago de Chuco. Sus dos abuelas eran descendientes de la cultura Chimú, y sus abuelos, curas españoles. Creció en medio de una gran devoción cristiana la cual provocó el deseo de su familia para que él se convirtiera en sacerdote. Fue el duodécimo hijo en la familia. Ingresa al colegio Nacional de Huamachuco donde interrumpe sus estudios por las condiciones de pobreza de su familia, para reanudarlos al año siguiente y terminarlos en 1908. Es un alumno brillante, excepcional. Parte a Lima. Un hermano suyo, Víctor, lo alienta a estudiar Medicina en la Universidad de San Marcos. Allí no los termina, no obstante es preceptor de los hijos de Domingo Sotil, dueño de la hacienda de Acobamba. Para 1912, con veinte años, es ayudante de cajero en la hacienda azucarera Roma, ganando un salario adecuado para él, pero esto no le satisface al palpar la vida de los campesinos; los que se levantan al alba, trabajan todo el día en los capos de azúcar y sólo reciben una fuente de arroz como alimento al anochecer. Esta vida lo marcará para siempre por cuanto observa las penurias de los hombres y mujeres trabajadores, y la injusticia a la que son sometidos. En 1913 ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de la Libertad, en la ciudad de Trujillo, al mismo tiempo que trabaja como profesor en el Centro escolar de Varones Nº 241, situado en la Plaza de Armas. Sus primeros versos didácticos dinámicos y humorísticos de su fuerte personalidad intelectual y artística, no tienen el éxito esperado. En 1915 se gradúa de Bachiller en Letras. Su tesis, para alcanzar dicho grado académico, versa en “El Romanticismo en la poesía castellana”, aplaudida por la élite intelectual y literaria de la época.Al terminar ésta, inicia su carrera de abogado y se mantendrá dando clases en el colegio Nacional de San Juan, en Trujillo. Sus primeros versos los publica en los periódicos “La Industria” y “La Reforma”, y en revistas como “Cultura Infantil” del centro escolar Nº 241 y “Balnearios”. Ya se ha incorporado a un grupo de literatos jóvenes donde se halla, entre ellos, Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA. Una pena honda lo traspasa cuando muere su hermano Miguel, y parte a Lima. Una vez en ésta, en 1918 colabora en la revista “Nuestra época” que alcan za a publicar dos números, dirigida por José Carlos Mariátegui mientras su trabajo es el de preceptor de enseñanza primaria en el Colegio Barros. Otra pena lo quiebra, fallece su madre. En 1919 aparece su primer libro “Los Heraldos Negros”. Es profesor interino de cuarto y quinto grado de enseñanza primaria en el Colegio Nacional de Guadalupe, en esta ciudad, pero al año siguiente queda sin trabajo. En 1920 regresa a su casa, pero en el camino, un incidente entre un grupo de policías borrachos y diecinueve jóvenes amigos, lo involucra al querer actuar él de mediador y pacifista. Lo detienen, y sin pruebas lo mantienen ciento trece días en prisión. En octubre del año 1921 el juez dictamina que estaba probada la presencia del poeta en los disturbios, pero no en la participación de los delitos. No obstante este sobreseimiento, el caso no se cierra hasta ocho años más tarde. Ese mismo año recibe, a pesar de los acontecimientos, en diciembre, el premio de cuento nacional “Más allá de la vida y de la muerte”, publicado en la revista “Variedades” en junio del año siguiente. Con el dinero del premio publica su libro, en 1922, “Trilce” cuyo prólogo es de Antenor Orrego y el cual tendrá una segunda edición en Madrid, en 1930. Este libro de poesía fue escrito en la cárcel de Trajino, el año 1920. Muchos se preguntan cómo pudo haber escrito aquel libro, tan estrambótico. La respuesta llega medio siglo más tarde, en un libro escrito por el Dr. Neale-Silva, un chileno, catedrático de la universidad Wisconsin quien durante 565 páginas, en un estudio insuperable, da cuenta del valor de la obra. En 1922, con 31 años, publica “Escalas Melografiadas” y “Fabla salvaje”. En 1924 decide irse a Francia ignorando el idioma, apenas con dinero, tiene 500 soles, sin más recursos ni relaciones literarias, y en la obscuridad total de posibilidades, llega en julio a París. Con el tiempo, allí conoce al músico Alfonso Da Silva, a Vicente Huidobro y Juan Larrea, a Julio Gávez, Belisario Calle, a Percy Gibson, entre otros poetas y escritores. Muere su padre en Santiago de Chuco, y este aviso lo recibe en la ciudad luz. Pasarán dos años fúnebres, en el máximo rigor, cae en una depresión, se enferma, lo operan y queda con secuelas, por una hemorragia luego de la intervención quirúrgica, débil, con anemia, y sin tener qué comer. Un escultor de Costa Rica, Max Jiménez, le ofrece su taller de la calle Vercingétorix, aliviándole levemente su apremiante situación económica. Para 1925 puede trabajar, después de dos años de miseria, en la Empresa de los Grandes Periódicos Iberoamericanos (Bureu des Grands Journaux latino-americains) y colabora en la revista”Mundial” de Lima. Viaja a España donde le conceden una beca para estudiar en la academia de San Fernando, a la cual renuncia, por su postura ética, en oposición a la dictadura de Primo de Rivera. Regresa a París el año 1926 donde puede publicar con el poeta español Juan Larrea dos números de una revista literaria “Favorables París Poemas” donde también participan Pablo Neruda, Vicente Huidobro y otros. En esta época entabla una hermosa amistad con el pintor Juan Gris que se finalizará, lamentablemente, cuando éste último fallece, en 1927. La muerte prematura del gran pintor a la edad de cuarenta años lo derrumba. Más tarde conocerá al famoso escritor Waldo Franck, y no sólo a él, sino al profesor y científico Lipchitz, a Miguel de Unamuno, a Dullin, a Barrault, a Tzara, a Desnos, a Portinari, y Gosset, pudiendo realizar entrevistas al gran poeta Maiakovski, a Reinhardt, a Meyerhold, como periodista. Pero la adversidad lo persigue. Es un poeta atormentado espiritualmente, en crisis profunda, se siente inestable y con falta de sentido de la vida, y económicamente no tiene cómo sustentarse. El 1928 parte a conocer la Unión Soviética, Budapest y Berlín. Regresa a París donde se une con Gerogette Philippart, y con ella emprende nuevos viajes, esta vez a conocer Florencia, Roma, Venecia, Viena, Praga Génova y Niza. En 1930, vuelve a Madrid. La revista “Bolívar” publica sus poemas y sus reportajes de la Unión Soviética. Vallejo continúa buscándose a sí mismo. ¿Hacia dónde va? Quiere algo nuevo. Se examina. ¿Qué ha hecho él por los seres humanos? Cae lentamente en una nueva depresión aguda. Comienza su enfermedad del alma que se venía anunciando desde hace tres o cuatro años antes. Su conciencia no lo deja tranquilo, asume la irresponsabilidad del mundo, ese alejamiento de los problemas vitales de los pueblos sufrientes lo desborda como poeta. Piensa que debe haber un mejoramiento de la pobreza para los trabajadores. De pronto escribe renaciendo «Poemas en Prosa», «Contra el secreto profesional» y «Hacia el reino de los Sciris». Participa en los periódicos “Ahora”, “Estampa” y “La Voz”. La editorial Cenit de Madrid le publica su novela “El Tugsteno”, la historia de la hacienda Roma de su juventud, que lanza tres ediciones seguidas en cuatro meses, más que el libro “Sin Novedad en el frente” de Erich María Remarque. Frecuenta a José Bergamín, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Federico García Lorca, el cual le acompaña a todas partes para publicar sus siguientes obras que serán todas rechazadas: «Moscú contra Moscú”, “El arte y la revolución”, una pieza de teatro, «Lock out», “Rusia contra el segundo plan quinquenal”,“Rusia en 1931” e incluso, el cuento sobre pedido “Paco Yunque” que el editor no la publica por ser “demasiado triste, también”, “Entre las dos orillas corre el río”, “Piedra cansada”, contextualizada en una ambiente incásico y “Los hermanos Colacho y Colacha”, una farsa satírica contra la política peruana que no se puede representar termina por amilanarlo, pero trabaja como nunca, incentivado por la adversidad, llevando la cruz de una gran frustración, despedazándose por dentro, en sus fuertes escritos. En 1931, tiene su segunda oportunidad de vivir, porque casi muere en un accidente. Se repone y continúa porfiadamente escribiendo, a veces se pregunta para qué escribe tanto. “¿Para tener los escritos dentro de un cajón?” Contrae matrimonio con Georgette Philippart. Cuando estalla, el año 1936, la Guerra Civil Española se declara republicano. Colabora con los «Comités de Defensa», meetings, colectas de fondos, emprende una serie de artículos en los que denuncia lo inicuo de la no-intervención, sólo provechosa al fascismo no tanto franquista que internacional. Aparece escrito, en 80 días, su obra “Poemas Humanos”, “España aparta de mi este cáliz” y la “Piedra Cansada”. Él sufre. En 1937 participa en el segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. Comienza su etapa de regreso al alma. Un día de 1938 cae en cama. No se podrá levantar más. Lo internan en una clínica. Su temperatura es demasiado elevada. Su agonía dura unos días. El día 15 de abril, viernes Santo, fallece asistido por su mujer y su amigo chileno, Cuto Oyarzún y el escritor español Juan Larrea. En el cementerio se despiden de él Louis Aragón. Más tarde se sabrá que la esposa de Cuto Oyarzún, muy cerca de su lecho de muerte, le oyó mencionar un llamado a su madre. Otros dicen que exclamó:-“¡Me voy a España!”- En 1939, sus “Poemas Humanos” se publican en París. Georgette pide que lo entierren en Montparnasse. En 1991, el estudioso de su obra, Ricardo González Vigil, publica Tomo I de su obra completa poética en “Biblioteca Clásicos del Perú”. Y el año 1992, se conmemora en todo el mundo hispánico, el centenario del natalicio de César Vallejo.
Deshojación sagradaCésar Vallejo
Peruano
¡Luna! Corona de una testa inmensa,
que te vas deshojando en sombras gualdas
Roja corona de un Jesús que piensa
trágicamente dulce de esmeraldas.
¡Luna! Alocado corazón celeste
¿por qué bogas así, dentro de copa
llena de vino azul, hacia el oeste,
cual derrotada y dolorida popa?
¡Luna! Y a fuerza de volar en vano,
te holocaustas en ópalos dispersos:
tú eres tal vez mi corazón gitano
que vaga en el azul llorando versos...
1 comentario:
e parece que el cuadro no se titual "Minerva y Ariadna" sino "Minerva y Aracné"
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